UN TESTIMONIO DE VIDA

Era el año 2011 cuando uno de los grupos, que año tras año van del nuestro Colegio de Guadalajara a distintos puntos de misión, llegaba a Soyatitán Chiapas, eran 21 misioner@s que pasarían esa semana en distintas comunidades campesinas y así después de la Eucaristía de envío se fueron dispersando a los sitios asignados.
Dentro del grupo iba una familia casi al pleno: Antonia García, Karina Aceves y dos de sus pequeños hijos, Toñito y Santiago personas de una gran calidad humana. Al concluir la experiencia, el domingo de Pascua regresaron a la sede parroquial en Soyatitán y bajo el gigante árbol se preparó una liturgia para recoger la experiencia de esa semana de misión. Cada persona fue desgranando el sentir de su corazón, todos tuvieron profundas vivencias, pero me impresionó muchísimo que cuando llegó el turno a Toñito, aquel pequeño niño de unos 7 u 8 años nos dejó admirados por la hondura, sinceridad y calidad de su compartir, era algo como de no creer que un niño de esa edad fuera tan consciente de todo lo vivido y lo expresara con tanta claridad y profundidad, de una manera poco común, se veía que era una creatura con mucha hondura, profunda fe, calidad humana y espiritual.

Transcurrieron los años y el siguió participando en los grupos misioneros de nuestro Colegio, en los dos últimos se unió al de su colegio Marista. Esta última Semana Santa, como siempre fue de misión, misma que vivía con pasión, pero ahí Dios le tenía preparado un momento especial, el encuentro con EL, así Toñito vivía su Pascua, una vida tan joven, con tan sólo 19 años, pero tan plena en toda la extensión de la palabra, ¡murió en la brecha, misionando!
La conmoción que ha causado en cuantos le conocimos ha sido inmensa, así que podemos imaginar lo que ha sido para su familia más cercana.
Agradezco a Dios y a su familia el gran regalo de su vida, el haberle conocido y podido compartir la gran riqueza de este joven, su fe y calidad misionera, que dejó para siempre una huella en lo profundo de mi corazón.
En esa misión la familia Gracía-Aceves al pleno, junto con otra pareja, fueron acogidos por una extensa familia de la Comunidad de Laguna Verde, los Nájera, hombres y mujeres de gran compromiso eclesial y humano. Había ahí otro niño como de su edad también llamado Antonio con quien tuvo una linda relación.

A continuación la propia vivencia de los Nájera :

Querido Toñito, nos ha llegado la noticia de tu partida de este mundo hacia la gloria de Dios padre, porque no tenemos ninguna duda que Dios te ha llamado para estar en su presencia, para ser un ángel más para su gloria y alabanza de El ya que sabemos que lo que de Dios viene a Dios vuelve, porque el trabajo que hiciste como misionero, Dios nuestro Padre te envío, para ejemplo de nosotros como familia y comunidad de Laguna verde
Porque tu visita nos ha fortalecido y sigue fortaleciendo mucho para seguir adelante con el trabajo del Reino de Dios, porque a pesar de que eras un niño cuando llegaste a nosotros nos has enseñado que para compartir la palabra de Dios y el servicio no hay edad, porque el mensaje y enseñanza que nos trasmitiste es inolvidable, queda eternamente grabado en el corazón de cada uno de nosotros. Papá Toño, mamá Kari y familia, desde Laguna Verde de parte de nuestra familia les damos las más sentidas condolencias por la partida de nuestro querido Toñito. A pesar de la distancia estamos unidos en un mismo corazón en las oraciones y peticiones ya que sabemos que Dios Padre tiene poder para darles esa fuerza necesaria para superar este dolor tan grande. Adiós querida familia, les queremos mucho

Manuel Nájera y familia

Con estas palabras quiero expresarme sobre Toñito. Nos deja una gran enseñanza, poder ser misioneros en Cristo, Toñito lo fue aunque era un niño. Nos enseñó una gran ternura, para nosotros es un ejemplo a seguir, tenía y tiene un corazón inquieto. Para nosotros no se fue se quedó en nuestros corazones. Estamos seguros que el rogará mucho por nosotros. Nosotros lo nombramos un misionero de Cristo Jesús por el mensaje que nos trasmitió. Para “Tío Toño y Tía Kari” y su apreciable familia les queremos decir que estamos con ustedes, Dios fortalezca sus corazones, que sigan adelante con el cariño de papa Dios. Estas humildes palabras las escribí con llanto en los ojo. Siempre les recordaremos.

Oscar Nájera y familia

CONFIRMACIONES EN EL INSTITUTO DE LA VERA-CRUZ

“Cree en Dios como el ciego cree en el sol,
porque es verdad que no lo ve, pero si lo siente”

Decidimos darle el SÍ a Cristo, confirmar nuestro amor y firmeza ante él para así vivir y amar a todos como él lo hace. Sabemos que la confirmación es un acto de madurez en el que te comprometes a seguir a Cristo y a configurar toda tu vida desde el proyecto de Jesús, este proceso nos permite acoger al Espíritu Santo en el corazón y recibir sus siete dones, y a través de esos siete dones llevar una vida más congruente y así poco a poco ir cumpliendo la misión que tiene Dios para nosotras.

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Durante la preparación para llegar a este momento, vamos reflexionando sobre nuestro plan de vida y cómo es que queremos vivirla ya que sabemos hay dos mundos: el negativo y el positivo, y con las enseñanzas de la Palabra de Dios, somos nosotras quienes decidimos a cuál queremos pertenecer y cuál es el que queremos simplemente observar para aprender. Tenemos que tomar en cuenta que Dios tiene un camino para nosotras y que con el paso de los años nosotras le vamos tomando forma a todo lo que Dios nos da y nos dice, por lo que tenemos que tener apertura y ver el camino hermoso que nos tiene Dios que es la vida, sin importar los problemas o dificultades a los que nos enfrentemos en el camino.

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Durante la homilía el Arzobispo nos mencionó tres puntos que nos hace reflexionar que son: misión, formación y unción. La formación: nos invita a conocer nuestra Fe y formar parte de ella de manera consciente y adulta tomando así las responsabilidades que con ella trae. La misión: con esto nos invita a que apliquemos nuestra ayuda con l@s demás de manera desinteresada siempre mirando el rostro de las personas más pobres y vulnerables en el rostro de Jesús así como ver a l@s demás con el amor que nos vemos a nosotros mismos y así siempre ir de la mano buscando lo mejor para tod@s y quitar ese egoísmo para construir una experiencia liberadora y que nos enriquezca para el resto de nuestras vidas. La unción: nos llama a tener un propósito y cumplirlo, ya que somos ungidas igual que Jesús y llevamos el olor de Cristo y así poder experimentar al Espíritu Santo que está sobre nosotras y nos habita.

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Con estos tres puntos al final nos deja reflexionando sobre la misión que tiene Jesús para nosotras, dejándonos con grandes metas que cumplir y objetivos que lograr, llevando una vida más digna como la de él y quitándonos de la cabeza todo aquello que nos resta, para así poder enfocarnos en lo que Dios nos está ofreciendo y cada día dar un paso para estar más cerca de él y poder reforzar nuestros dones y lograr una confianza más firme en Jesús.

Alejandra Suarez Ofendían
-Paola Vargas Mosqueda.
2do Preparatoria.

LA MAGIA DE LA VIDA ESTÁ EN ESAS PEQUEÑAS
COSAS QUE TRANSFORMAN EL ALMA.

Trato de hacer regresión de cómo fue mi incorporación al Servicio Social, y me doy cuenta que realmente fue un plan predestinado que Dios ya había escrito para mí… pues la realidad es que no fue algo que busqué o deseé en su momento, fueron “dioscidencias” mágicas y transformadoras que poco a poco me fueron envolviendo, moldeando y haciendo de esto un estilo de vida, al punto de que difícilmente lograría visualizar hoy mi vida sin Servicio Social, realmente es la parte más gratificante de mi trabajo en el que por más que uno da, entrega y ama, siempre resulta muy poco comparado a todo aquello que visita tras visita recibimos.

A través de esta experiencia en la que ya se cumplen seis años, he ido crecido a pasos agigantados tanto mi parte personal como espiritual, de interiorización e introspección, cada uno de los grupos y alumnas que han compartido conmigo este caminar, se han convertido para mí en maestras de vida, en motores de lucha, en luz en momentos de obscuridad, en inspiración y en lentes de distintos tamaños y colores que me invitan a salirme de esa corta visión, para ver múltiples matices de lo que realmente es amar profundamente.

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Servicio Social se ha convertido en mi nuevo diccionario, pues en la acción diaria, en la interacción de tantas realidades y la posibilidad de ver el verdadero YO de todos los entes que interactuamos en el, me ha resignificado mil y un palabras, he comprendido por primera vez en esos espacios el verdadero significado de una sonrisa, he tenido las mejores conversaciones sin necesidad de expresar una sola palabra, he visto a Dios a través de cada una de esas miradas, he sentido de forma palpable el amor y el verdadero significado de lo que importa en la vida, y de cómo la felicidad yace en un@ y sólo depende de un@ mism@ decidir o no, ser felices.

En el trabajo diario, Dios constantemente nos habla y forja a su imagen y semejanza, y he sido testigo de transformaciones asombrosas, no hay persona alguna que haya pasado este caminar conmigo sin haber incidido y marcado mi vida, y creo que después de tantas bendiciones recibidas no nos podemos quedar satisfechas con el simple hecho de agradecer por ellas, tenemos que salir, luchar, dar pero sobre todo accionar, pues son verdaderamente las pequeñas cosas las que hacen grandes diferencias.

Que no se nos pase la vida sin hacer algo grande por los demás”. –MM.

– Lourdes Ramos
Asesora de Servicio Social

MI EXPERIENCIA EN EL RETIRO

El jueves 26 de Abril viví una experiencia única, mi retiro espiritual. Al principio estaba algo nerviosa por no saber qué íbamos a hacer.

La primera actividad fue la presentación de un video acerca de la creación del cosmos y después comentamos.

Me pareció tan bello e impactante que Dios pensó en todo lo que los seres humanos íbamos a necesitar. Lo creó y luego nos hizo a su imagen y semejanza con su infinito amor para que disfrutáramos del mundo. Desafortunadamente en lugar de eso lo estamos destruyendo y excluyendo a nuestros hermanos y hermanas.

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Más tarde nos dieron una lista de cualidades y defectos, seleccionamos los adjetivos que nos describían como personas, recibimos un dibujo de una niña y escribimos nuestras cualidades. Comentamos con nuestras compañeras que puntos fuertes veíamos en ellas y cuáles eran los nuestros. Reconocí que todos los defectos se pueden mejorar y que solemos ver las cosas de forma negativa, cosa que no debería ocurrir.

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Hicimos cartulinas en equipos sobre las cualidades y defectos del grupo, como mejorarlos y los leímos en voz alta. Considero que fue una actividad que nos unió como grupo porque nos dimos cuenta de que tenemos muchos puntos fuertes y de que hay cosas para mejorar. Hubo muchas soluciones muy creativas.

Para concluir fuimos a la capilla en donde había imágenes de la creación de Dios, después nuestra catequista Paty Lara, nos leyó una carta que hablaba de nuestro propósito en la vida y del infinito amor que Dios nos tiene. Adoramos al Santísimo, comulgamos e hicimos una carta de reflexión del retiro.

El retiro fue una experiencia bellísima que me acompañará para el resto de mi vida, ya que ahora soy más consciente de que Dios vive en mí y en cada uno de mis semejantes y que al ofenderlos también estoy ofendiendo y maltratando a Dios.

Soy más agradecida y tengo más conciencia ambiental.

-Ana Sofía Izquierdo Preciado.
1 C # 7

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MI EXPERIENCIA EN EL SERVICIO SOCIAL.

No puedo definir lo que ha significado asistir a servicio social durante estos tres años, es difícil expresarlo a través de palabras y simples páginas. Mi servicio social ha dejado bastante en mi persona, desde el primer día me hizo abrir los ojos y salir de mi burbuja al vivir distintas realidades tan fuertes. Cada ciclo lo he vivido de manera distinta y me ha ayudado de manera paulatina a darme cuenta de muchas cosas en mi vida.

Comencé asistiendo mi primer año de preparatoria a “niñas ciegas”. Fue un servicio que me ayudó muchísimo a darme cuenta de la realidad que se vive tan cerca de nosotras y muchas veces no tomamos en cuenta. Me gustaba mucho asistir debido a que me motivaban y hacían darme cuenta que son personas normales que pueden hacer absolutamente todo, simplemente tienen una discapacidad. Al final de cada día me dejaban con una sensación de lucha, independencia y valorar mi salud.

Mi segundo año de preparatoria decidí meterme a “Bienaventurados” (casa hogar para niñ@s con parálisis cerebral) sin tener la mínima idea de la pureza, sinceridad y amor que me esperaba ahí dentro. Fue un cambio muy drástico debido a que fue muy diferente a mi primer año, las niñas ciegas hacían todo (incluso nos pedían que dejáramos que ellas fueran independientes y las ayudáramos únicamente en lo indispensable) y en cambio en Bienaventurados dependen de ti en todo momento, para todo. Sinceramente creí que me costaría más trabajo pero me ganaron todas aquellas miradas tan honestas llenas de alegría y cariño, en verdad nunca me había nacido dar tanto de mi persona por alguien. Fue mi primer choque de realidad y tuve mis primeras crisis ahí, sin embargo decidí verlo de una manera bonita y dejar que me llenaran mi corazón de alegría, tranquilidad y paz.

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Mi tercer año decidí asistir al mismo centro, a “Bienaventurados”. Los servicios más difíciles son los que al final te dejan más satisfacción y aprendizaje en la vida, es por eso que elegí inmediatamente este centro y agradezco muchísimo a Dios haberlo hecho. Fue de las mejores decisiones que pude haber tomado.

Mi acercamiento hacia l@s niñ@s y las distintas realidades siempre ha sido bueno, me considero una persona fácil de encajar con las demás personas y en verdad me gusta mucho ayudar y abrirme. Me encanta decir “sí” a nuevos retos que sé que me dejarán mucha experiencia y aprendizaje a lo largo de mi vida. En todos los centros supe adaptarme bastante bien y creo que lo pude ver a través de mis compañeras, de mis asesoras y claro, de los niños y niñas de cada centro.

Tengo muchas vivencias que significaron mucho para mí, las que más me marcaron fueron las siguientes. En mi primer día de Bienaventurados me tocó cambiar y darle de comer a Marichuy, jamás había hecho algo así, no sabía si la estaba lastimando e incluso si le agradaba mi presencia y persona. Le agradezco bastante porque con ella aprendí lo básico para poder colaborar con las demás. Al pedirle ayuda, me entendía y me hacía caso. A lo largo del tiempo me tocaban distintas personas debido a que nos vamos rotando para que así vivas a cada persona de un amanera diferente, cada vez lograba entender mejor a cada niñ@ y sentía que ell@s se abrían conmigo. Un día, me volvió a tocar Marichuy y no quiso comer, por lo que pensé que era mi culpa y no le estaba dando de una manera correcta (incluso escribí esto en mi cuadernito de reflexiones). Al verla la siguiente semana, la vi comiendo por sonda. Fue algo que me impresionó mucho y lloré bastante, pero concluí que cada segundo vale oro y no sabemos que pueda pasarnos el día de mañana, por lo que tenemos que vivir día con día, disfrutándolo al máximo y sobre todo siendo felices dando a l@s demás.

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Otras situaciones que significaron mucho, fue cuando presencié un ataque de ansiedad de un niño con autismo y tuve que ayudar a cambiarlo y claro, cuando murió Conchita. Aunque me llenaban de dolor y muchas lágrimas, me hacían aprender bastante y a sonreír una vez más. Además, las reflexiones de Lu significaron mucho para mí, siempre me dejaba pensando, analizando y agradeciendo. Esperaba a que fuera martes para ver a mis niños y escuchar las hermosas palabras de Lu. De cierta forma sientes a Dios presente en las personas que están ahí; cuando un niño me miraba, era con los ojos de Dios, cuando me abrazaban, era un abrazo de mi mejor amigo y sobre todo cuando reían, era un agradecimiento sincero de parte de Él.

La persona que soy hasta el día de hoy se lo debo completamente a mi familia y a mi colegio. No sé cómo agradecerles tanto que han hecho por mí, ambos me inculcan día con día sus valores tan bellos que no pude haber aprendido sola. El Vera siempre te enseña a llevar la verdad y a ser tanto humilde como sencilla en todo momento, en cada actividad, acción y decisión que hagas y tomes. Me encanta la forma en la que nos forman para llegar a ser grandes mujeres que trascienden realmente, además de forjarnos un corazón cada vez más grande. Me duele mucho dejar el Vera y mi servicio, se me pasaron volando los días y fui realmente feliz durante mis quince años en el colegio.

Aprendí muchísimas cosas y más en mi preparatoria. Cada día en el colegio y en mi servicio me ayudó a crecer, a saber valorar, amar, cuidar y sobre todo a madurar y ver las cosas desde otras perspectivas. Me dejaron aprendizajes que ni sé cómo describirlos pero sé que estarán dentro de mí a lo largo de mi vida. Me ayudaron a darme cuenta de lo que me gusta hacer y de la persona que me gusta ser, salgo plena porque ya descubrí quien soy verdaderamente. Creo que logré aprender más de las personas que me rodearon a lo largo de estos años, cada persona llega a tu vida con un propósito y en el momento indicado.

Mi compromiso que me llevo del Vera al cerrar esta etapa es grande, muy grande. Me dejan con el propósito de ahora yo enseñarle a l@s demás todo lo que me enseñaron a mí. Me comprometo a siempre ver y recordar de dónde vengo, mis principios que me ayudaron a descubrirme como persona, también me comprometo a agradecer en todo momento a Dios porque soy una mujer muy afortunada, a siempre abrir mi corazón a la gente, a ser humilde y sencilla, a valorar la vida en todo momento y ver lo valioso de cada ser humano. Y sobre todo me comprometo a siempre llevar la verdad, a jamás decir mentiras y ser transparente con todo lo que hago.

No sé ni cómo darle las gracias al Vera por tanto, sólo me queda el agradecer desde el fondo de mi corazón en todo momento por todo lo hermoso que viví estos años en mi segunda casa. Jamás me arrepentiré de las decisiones que tomé, todo siempre tiene un porque y una razón, y al final me doy cuenta de éstas. La verdad es que salgo muy contenta, emocionada y plena por lo que sigue.

Duele mucho cerrar esta puerta para comenzar a abrir otra que estoy segura que será también única y hermosa. Cierro esta etapa de una manera muy bonita, llena de risas y experiencias inolvidables. Gracias Vera por tanto.

-Mariana López Ulloa.

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