“15 MISIONES…

MI ALEGRÍA DE SEGUIR SIENDO MISIONERA”

La vida vale la pena por esos momentos de encuentro. Por las personas que se cruzan con nosotras/os y se quedan para siempre en nuestro corazón, por esa huella profunda que re-aparece cuando recordamos. Por los instantes donde nos detenemos a mirar, con todos nuestros sentidos, los pequeños detalles que Dios nos regala constantemente: el amanecer, el viento rozando nuestra piel, el sonido de los pájaros, el sabor de la comida, un atardecer en el mar, la luna en todo su esplendor, una persona desconocida que nos sonríe en la calle, el abrazo que necesitábamos en ese preciso momento.

La Misión, en mi vida, significa ese lugar especial de “encuentro”: con Dios, conmigo misma, con la naturaleza, con el amor, con la esperanza en medio de un pueblo que sufre. La Misión, es una oportunidad más para abrazar al mundo, para abrazar a Dios y dejarnos abrazar por Él. Es una oportunidad más para ver cara a cara a Jesús, para renovarnos, para hacer comunidad, para recordarnos que, no importa de dónde venimos, a dónde vamos, si tenemos un plan de vida, si luchamos a diario por conseguir el pan que alimenta el cuerpo o el espíritu; que no importa si somos personas campesinas o venimos de la ciudad; no importa en qué creemos o, incluso, si no creemos en Dios… lo importante es que hay algo en cada persona que nos mueve, que nos motiva, que nos anima a vivir. Ese “algo”, es el “Amor”.

Por amor, somos capaces de dejarlo todo e ir a encontrarnos con personas desconocidas, que por amor nos reciben en su casa, nos alimentan y nos dejan un lugar para dormir.

Por amor, nos ponemos una playera y nos colgamos la cruz, como quien lleva una armadura y se siente protegida/o de caminar en lugares desconocidos e inimaginables.

Por amor, subimos barrancos, bajamos cañadas, caminamos bajo el sol y de pronto, todo lo que parece difícil se torna ligero y vamos por las calles coloridas, siempre alegres, siempre tranquilas/os, siempre seguras/os porque sabemos que es Jesús quien va con nosotras/os.

Por amor, la gente nos abre la puerta de su casa, nos cuenta su vida, nos escucha, nos recibe, nos abraza, nos entrega su corazón porque seguramente, ven a Jesús con nosotras/os también.

En estos 15 años, casi la mitad de mi vida, puedo agradecer profundamente a Dios porque cada Misión a la que me ha llamado ha valido por completo la pena. De cada una de las personas: niñas y niños, jóvenes, personas adultas y ancianas en los lugares de Misión; de mis papás y mi hermano, de los y las misioneras, asesoras/es, y MMB’s… de cada persona que se ha cruzado en mi vida misionera llevo una huella y un aprendizaje muy especial que me hace “ser la mujer que soy”.

He vivido momentos difíciles, confrontaciones fuertes, cuestionamientos muy profundos… momentos de lágrimas y otros muchos, muchísimos, de alegrías; de crecimiento personal y espiritual, de descubrirme, de conocerme y de dejarme abrazar por Jesús a través de estas personas.

Quiero darle gracias a Dios porque me sigue llamando. No sé cuánto tiempo o cuántas veces más pero hoy, quiero renovar mi compromiso como Laica, como Misionera de JUMMER en mi vida diaria.

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Cuando viví en la misión de Colomba, Guatemala, me hice una promesa: “nunca olvidar” mi experiencia misionera, mi encuentro con Él la primera vez que lo vi claramente a los ojos y el compromiso de que mi vida no sería vacía, que en cada lugar donde me encuentre siempre, al verme, la gente descubra en mí algo distinto y se pregunte: “qué es eso que hay en ti…”

Hoy renuevo mi promesa de que en el lugar del mundo en que me encuentre, siga siendo distinta. Que nunca me olvide de buscar la justicia, de compartir, de provocar un cambio positivo a mi alrededor. Que en mi trabajo, vean a Dios. Que en mi alegría, vean su sonrisa. Que en mi mirada, encuentren Su rostro. Que en mi escucha, sientan su apoyo. Que mis éxitos, sean siempre compartidos. Que en mis abrazos, sientan Su calor. Que en mi imperfección y mis errores, vean mi debilidad humana; pero que al levantarme vean la fuerza de una guerrera incansable que no está sola, porque Jesús va conmigo.

Hoy quiero compartir con ustedes mi alegría de seguir siendo misionera, a través de un símbolo muy mío. Desde pequeña me gusta mirar al cielo y pensar que Dios también me ve. Después, decidí que las estrellas que guiaban mi vida serían esos pequeños detalles de la vida que pasan desapercibidos. Entonces descubrí que al buscar estrellas… encontraba clips (o ellos me encuentran). He puesto atención a los lugares, los momentos, las charlas, las personas o lo que pienso cada vez que encuentro un clip. Fue entonces que todo cobró un sentido: los clips sirven para unir y en mi vida cada uno de los que he ido encontrando me conectan con un deseo, un sueño, un momento feliz, una persona que amo.

Que en su vida, a partir de hoy, coleccionen recuerdos positivos y busquen momentos de encuentro que les llenen la vida. La Misión no está sólo en las comunidades que visitamos. La Misión está todos los días de nuestra vida. En compartir el amor, en luchar por la justicia, en quitarnos la venda de los ojos, en ponernos en marcha ante la indiferencia y vencerla. La Misión es “siempre”. El encuentro con Jesús se hace más claro ante la necesidad y muchas veces no somos capaces de dar la mano a nuestra familia, amistades o a nosotras/os mismas/os.

Que en nuestra Misión de cada día, sepamos siempre encontrar a Jesús. Que por amor seamos capaces de salir a la vida, de disfrutarla. Que nuestra vida sea siempre una Misión… esa oportunidad para abrazar al mundo, para abrazar a Dios y dejarnos abrazar por Él.

Gracias Mercedarias Misioneras de Bérriz, gracias Familia, gracias María de la Merced, gracias Jesús, gracias Madre Margarita, por ser el motor que me impulsa y me permite seguir queriendo hacer algo Grande por Jesús.

María del Mar García Hernández, Laica MMB

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“NOS ENSEÑAN

QUIÉN ES JESÚS”

 

“Experiencia de Misión
en la comunidad de La Cueva, Guanajuato”

 
Misiones, es una experiencia la cual no tiene palabras exactas para describirla, creo que es algo que te cambia por completo la vida y la perspectiva de ella, te haces una persona mucho más consciente y más creyente, aumenta tu fe sin duda y además te hace crecer como persona, en valores y educación. Durante la Semana Santa, muchas personas te entregan lo mejor que tienen, te abren las puertas de sus casas y te reciben como si fueras parte de su familia, te tienen una confianza inmensa que a muchas de nosotras y nosotros hoy en día nos cuesta mucho entregar, te hacen sentir en casa y querida/o. Más que nada, te das cuenta que tú solamente eres una herramienta de Jesús porque todas esas personas ven en ti el rostro de Cristo, aunque son ellas las que nos enseñan a nosotras/os quien es el verdadero Jesús, el tener fe y lo que es saber dar sin esperar nada a cambio.

Es una semana en la que te encuentras con Dios a través de personas que nunca imaginaste que conocerías y que te enseñan cosas que jamás vas a olvidar, personas que tienen una fe infinita en Dios aun cuando han tenido que enfrentar muchos obstáculos en su vida. Su fe está en Él al cien por ciento sin importar lo que pase, e impresiona, como ellas siempre están dispuestas a dar y a hacer todo por su iglesia, por su religión, por Dios. Les llena de felicidad tener a alguien en quien confiar, alguien a quien querer y que les quiera, alguien con quien puedan llorar o reír, simplemente en compañía son felices y agradecidas, aunque viven en realidades de suma pobreza.

Son 9 días que además de conocerte mejor, entiendes mucho más lo que quiere Jesús para ti y, aunque te cuestionas porqué es que tú tienes oportunidades que muchas otras personas no y quisieras cambiarles la vida y mejorarla, desde lo sencillo te das cuenta que estás haciendo algo grande en su nombre, estás haciendo algo grande por personas que acabas de conocer. Al finalizar la Semana Santa todo el esfuerzo y el cansancio traen consigo una satisfacción gigante, cuando regresas a casa, el único deseo es volver a estar ahí otra vez porque ya te sientes parte de estas personas.

Son pocos días pero son los suficientes para compartir la confianza entre 7, 8, 9 o la cantidad de personas que sea que durante esa semana se convierten en tus hermanas, de quienes aprendes muchos detalles y a admirarles, con quienes puedes reír y divertirte por horas, y juntas/os lograr una semana increíble.

Misiones es una experiencia que, aunque vayas una sola vez en tu vida… te marcará para siempre.

Daniela Molina Garduño
Misionera

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“Experiencia de Misión en la comunidad San José de Transito, Guanajuato”

Cada año, cuando creo que ya viví la experiencia Misión en todos los sentidos, me llevo sorpresas. Este año no fue la excepción, las sorpresas llegaban una tras otra.

Nos anunciaron que sería una comunidad difícil y así, un gran reto como misioneras/os; lejos de eso encontramos una comunidad abierta, participativa y sumamente generosa.

Historias fuertes, fueron las que nos compartían cada día, acompañadas de deliciosos platos en la mesa y de una inigualable calidez humana. Historias que nos conmovieron y nos llevan a reconocer y agradecer tantas bendiciones recibidas en nuestra vida.

Niñas y niños entusiasmadas/os por participar en las actividades diarias en la Semana Santa y sobre todo, una comunidad y un grupo misionero con deseos de ayudar y entregarse profundamente en esta Misión

Fue un tiempo intenso para dar y recibir a manos llenas, buen tiempo para hacer un alto y vivir otras realidades y especialmente un tiempo de ver a Cristo a través de los ojos de las demás personas en estas comunidades de brazos abiertos.

Karina Acevez
Misionera

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“FORMARSE EN AMOR”

 
Desde nuestro Colegio en Guadalajara, queremos continuar compartiendo el encuentro y cercanía en los servicios que realiza GRUMMER Primaria. Una alumna comprometida que forma parte del grupo y una de sus asesoras, nos muestran de manera sencilla el especial significado de acompañar y dejarse acompañar de otras experiencias de vida.

“Experiencia de GRUMMER Primaria en mi visita a los asilos”

 
Para mi GRUMMER es una oportunidad de ser mejor persona, cuando trabajamos en el colegio, convivimos, hacemos actividades divertidas, relacionadas con Dios y María de la Merced, reflexionamos de las cosas buenas y malas que hemos hecho para corregir los errores y seguir con las buenas acciones.

Cuando vamos a los asilos y compartimos con las personas mayores de edad, me doy cuenta de la paciencia, alegría, felicidad y aquello que debemos darles. Es muy lindo pero es aún más linda la alegría y el cariño que ellas y ellos nos dan a nosotras.

GRUMMER te enseña a valorar lo que tienes, a ser mejor persona, ayudar, saber dar y recibir, convivir unas personas con otras, sin importar diferencias, ser alegres toda la vida, ser sinceras, solucionar problemas dialogando, vivir en paz, ser solidarias, ser bondadosas y más. GRUMMER fue mi mejor opción para ser una buena y mejor persona.

Karol Martínez Macías
Alumna de 6° de Primaria

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“Mi experiencia en el asilo con las niñas de GRUMMER Primaria”

Se me ha hecho una de las mejores experiencias el tener la oportunidad de convivir con niñas tan cercanas a mí, ya que me siento muy identificada con ellas por el colegio. Es muy especial convivir con éstas niñas, ya que ellas están pasando por etapas semejantes a las que yo viví y el compartir consejos o diferentes maneras de afrontar las experiencias de la vida, me hace ver que puedo dejar una gran parte de mí en ellas.

Ir al asilo con ellas me dejó mucho que pensar, superó mis expectativas, nunca me imaginé que estarían tan dispuestas a compartir su amor y su tiempo a personas que de verdad lo valoran. Las niñas de GRUMMER Primaria, se dieron cuenta del amor que tienen esas personas mayores y ellas también encontraron la forma de alegrarles un rato, con actividades sencillas como jugar a la lotería, platicar con ellas y que les cuenten las experiencias que tuvieron en su juventud. Les tuvieron mucha paciencia y pude percibir que se abrieron con mucha facilidad a esta experiencia.

Espero que cada año haya la oportunidad de realizar actividades como estas con las alumnas del colegio, ellas logran sensibilizarse ante las realidades que poco a poco van enfrentando en su vida y pueden ir formándose en amor cada vez más grande y sincero hacia la persona prójima.

Mariana Marull
Alumna de Preparatoria y
Asesora GRUMMERPrimaria

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“CONSTRUCTORAS/ES DE SU PROPIA HISTORIA”

 

“La Catequesis
de la Parroquia de Soyatitán”

Este año las y los Catequistas de Soyatitán, Chiapas tienen nuevos retos y esperanzas, mucha energía para seguir adelante en sus grupos, trabajando en sus distintas comunidades desde el acompañamiento de las niñas y niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas en la preparación para sus Sacramentos y así, para la vida.

Las comunidades donde se encuentran son: Laguna Verde, López Hernández, Limón uno, Limón dos, San Isidro los Laureles, 20 de Noviembre, La Gloria, Pujiltic, Agua Bendita, Hernández Hernández, Nuevo Soya, San Isidro la Sociedad  y  Soyatitán.

Tenemos los talleres de formación cada mes y realizamos un encuentro a nivel parroquial, un taller y un retiro en el año a nivel zonal. Nos reunimos las 5 parroquias que conforman la zona, también realizamos dos encuentros Diocesanos donde nos reunimos las 7 zonas que forman nuestra Diócesis de San Cristóbal de las Casas y en este encuentro llegamos a reunirnos 400 Catequistas.

 

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Este año la Diócesis ha dado un espacio a la Catequesis de todas las zonas para que participemos en el programa de “Radio Tepeyac”. Para ello, el 14 y 15 de febrero se realizó en nuestra zona, en la parroquia de Soyatitán, el primer taller para la capacitación de la radio. Claudia y Teresa de San Cristóbal que forman parte del equipo de la radio fueron las facilitadoras, participaron un grupo de 20 Catequistas representantes de cada parroquia, donde se proporcionaron las herramientas necesarias para la elaboración de guiones, tono de voz, improvisaciones, etc.  Fue muy buena la participación de todas y todos.

También se han iniciado las Confirmaciones y algunos grupos comenzaron desde el 8 y 9 de marzo en sus comunidades, los cuales seguirán reuniéndose una vez por semana. El grupo mayoritario de jóvenes es el de Soyatitán, que lo forman 40 jóvenes ilusionadas/os en su preparación hacia la Confirmación. Las y los Catequistas se sienten y están cada vez más comprometidas/os con esta labor de acompañar a las niñas, niños y jóvenes, siendo una vocación que requiere mucho tiempo y preparación, así como, entusiasmo por llevar el mensaje del Dios de Jesús que apuesta por la vida desde la realidad de la juventud.

En la comunidad de San Isidro la Sociedad, una comunidad pequeña, se realizaron las Primeras Comuniones de una niña y dos niños, con una sabiduría impresionante, sus aportes, su creatividad, sus sueños, les irán ayudando en su experiencia de encontrarse con Jesús para seguir adelante formándose y siendo constructoras/es de su propia historia.

Sandra Barrios Tol, MMB

“ANHELAR Y LUCHAR POR OTRAS POSIBILIDADES DE VIDA”

Durante mi año sabático en nuestra comunidad de Liberty, Missouri, en Estados Unidos, pude conocer a muchas personas que han tenido que emigrar a ese país, tratando de buscar una oportunidad de trabajo que les ayude a mejorar las condiciones de vida de su familia.Tuve la oportunidad de convivir con personas de aproximadamente 30 nacionalidades diferentes (aunque la inmensa mayoría eran de México y Centroamérica), lo cual no me cansaré de agradecer, ya que me ayudaron a profundizar en el “Misterio del Género Humano”. Un gran mosaico de colores, expresiones, valores, culturas, religiones pero al fin y al cabo, el mismo Género Humano con las mismas dificultades en las relaciones, la comunicación, el trabajo, etc. y desde el cuál pude experimentar la presencia de Dios como “Uno y Sagrado”, encarnado en cada ser humano que tuve la dicha de conocer.

En los encuentros y convivencia, sobre todo con mujeres, pude constatar que seguimos siendo el género más oprimido entre los oprimidos de todo el mundo. Por esa misma condición, por estar situadas en la base de la red de relaciones sociales, aguantando el peso de las contradicciones, son ellas las que más razones y mejores condiciones tienen para anhelar y luchar por otras posibilidades de vida para sí mismas y sobre todo, por y para sus hijas e hijos.

Escuché muchas historias, tanto de mujeres como de hombres pero hoy quiero compartir dos, la de una mujer joven guatemalteca y la de una mujer de Camboya, que son prototipo de muchas otras historias.

Blanca (el nombre es ficticio), guatemalteca de 39 años, no aprendió a leer y a escribir y se juntó a los 14 años con un hombre de 30. Tuvo 2 hijos y una hija, pero además, adoptó a una niña. Tuvo que separarse a los 11 años por el maltrato que recibía de su pareja. Se salió de su casa y estuvo trabajando en varios restaurantes y un hotel pero sus sueños y aspiraciones eran que sus hijas e hijos tuvieran una vida mejor que la de ella. En una ocasión llegó de visita una prima que tenía muchos años en Estados Unidos y ya estaba establecida. La convenció de las bondades de la vida en USA y le prestó el dinero para que pudiera realizar el viaje. Atravesó México, pasó por Reynosa y al “otro lado” de la frontera la esperaba una hombre que llevó a varias personas a su destino. Después de una semana de recorrido por varios estados americanos, llegó a su destino muerta de miedo, fue la última en ser entregada. Blanca tuvo que tener dos y tres trabajos al principio a base de “Red Bull” para poder solventar la deuda y buscarse un lugar donde vivir. Muy pronto tuvo que aprender a conducir, comprarse un carro, conseguir un número de seguro social falso (como todas/os) y subirse a las autopistas (sin saber leer ni hablar inglés) para trasladarse a sus diferentes trabajos. Pronto supo lo que era la discriminación racial y la explotación laboral por su condición de mujer migrante.

Después de mucho sufrimiento y muchos aprendizajes, pudo conseguir su residencia gracias a la Amnistía y enviar el dinero para que sus hijas/os viajaran a USA después de 9 años. A los 15 días de haber llegado, sus hijas/os estaban inscritas/os en la escuela. En enero a su hija le ofrecieron una beca para entrar a pertenecer al ejército y poder estudiar en la Universidad. Blanca ha sido una persona muy ordenada y con mucha claridad de por qué y para qué está allá. Dice que ahora no se atrevería a hacer el viaje que la llevó a Estados Unidos y que solo por su juventud e ignorancia de lo que suponía, fue que lo logró, ya que poca gente cuenta lo que de verdad sucede en todo el proceso.

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santander2_03Conocí a Saleuk, mujer alegre, sonriente, y a su hija Sofya (siempre triste y muy seria) nacidas en Camboya, Saleuk tuvo a su primer hijo con hemofilia. A los tres años nació Sofya y a los tres siguientes, su hijo Yada, también con hemofilia. Cuando Yada tenía tres años, le amputaron una pierna y a los seis, la otra. En Camboya no había forma de poderlos atender, tenían que sacarlos a Vietnam, pero su condición económica no se los permitía. Saleuk y su esposo decidieron que fuera ella la que emigrara a Estados Unidos, con la esperanza de encontrar una solución al problema. Su esposo se quedó a cargo de su hija e hijos y le enseñaba a Yada a leer y escribir, pues no podía ir a la escuela.

A los seis años de estar Saleuk en Estados Unidos, su hijo mayor murió a causa de la hemofilia. Su esposo la convenció para que no regresara ya que su condición migratoria no se lo permitía y podía perder la oportunidad de lograr el objetivo. A los dos años, su esposo murió en un accidente junto con una hermana. Esta vez su madre fue quien le pidió que persistiera en su objetivo y mientras, ella se encargaría de Sofya y Yada.

Por fin Saleuk pudo conseguir su residencia y viajar para llevarse a su hija e hijo con ella. Al mes de llegar a Estados Unidos, Yada enfermó de gravedad y gracias a un hospital para niñas/os, le salvaron la vida y no solo eso, también le ayudaron para ponerle prótesis en ambas piernas y en su rehabilitación. Empezó a ir a la escuela, sacó la revalidación de su secundaria y bachillerato y pudo acceder a la Universidad a estudiar Biología. Es un chico muy inteligente, alegre y con muchos deseos de continuar estudiando una especialidad.

Siempre me pregunté de dónde sacaba Saleuk su alegría y fortaleza, a pesar de tanto sufrimiento y tantas pérdidas. Ella dice haber encontrado la fortaleza necesaria en la Iglesia Cristiana a la que pertenece. Sueña con aprender a hablar bien inglés para poder escribir su historia, ya que entre episodio y episodio, tuvo que vivir la soledad, incertidumbre, marginación y muchas cosas más, que solo ella sabe y guarda en su corazón.

Historias hay tantas como lecciones de vida. Muchas no tienen retorno, ni final feliz pero siempre nos queda la posibilidad de intentar seguir trabajando para que éste mundo pueda ser más equitativo y justo para que nadie tenga que emigrar.

Ana Lourdes Valenzuela, MMB

“APRENDIENDO Y AGRADECIENDO CADA DÍA”

En mi recorrido como Coordinadora Regional de México-Centroamérica, tengo muchas oportunidades de enriquecimiento, en mi última estadía por Guadalajara, visitando la comunidad de nuestras hermanas que en su mayoría son bastante mayores (ahí se encuentra la enfermería) y que han desgastado sus vidas no sólo en esta Región, sino en otros lugares como Micronesia, China, Filipinas, Japón, Bolivia. Su vida, su testimonio, el diálogo personal con ellas es un regalo de Dios que agradezco al permitirme entrar en sus vidas, en sus vivencias muchas veces muy profundas que me llevan entre otras cosas, a la admiración y gratitud.

Otro espacio enriquecedor fue el día 8 de marzo, “Día de la Mujer”. Un par de horas en el Kinder donde celebraban este día, las pequeñas de tres, cuatro y cinco años… quienes van recibiendo la oportunidad de ir formando su conciencia en muchos aspectos. Ese día las niñas iban vestidas, no con el tradicional uniforme, sino con el vestido que más les gustara y podían llevar su juguete preferido.  La primera actividad fue en el patio de juegos, donde por grupos tuvieron una serie de juegos, dinámicas psicomotrices y al final sentadas en el piso, degustaron un refrescante boli. Al final dentro de su formación ecológica se les preguntó dónde debían depositar la bolista plástica, a lo que contestaron a coro -en el basurero amarillo- y ahí fueron una por una a dejar en el lugar correspondiente lo que tenían en sus manos.A continuación hicieron filas y fueron a sus respectivos salones.  Ahí en perfecto orden y armonía se fueron sentando en sus pequeñas sillitas en cuyo respaldo está la foto de sus papás, como signo de su presencia y acompañamiento en su escuela. La maestra dio inicio a un cuento de la “Rana René y su amigo Fosi” donde se fue desgranando un incidente que dio lugar a que esos dos buenos amigos tuvieran un momento de dificultad, de discusión y distanciamiento. Las pequeñas escucharon embelesadas, ni pestañeaban, atentas a lo que su maestra les leía, mostrándoles el libro y las imágenes. Una vez concluida la narración la maestra les pregunta si alguna vez ellas han tenido esos sentimientos, muchas niñas levantaron la mano y poco a poco fueron expresando sus vivencias sobre el tema. Era impresionante como niñas tan pequeñitas, con tan solo cinco años, sabían ponerle nombre a lo que han vivido en diferentes momentos en relación con sus compañeras, sus papás, sus amigas y expresaban el porqué de su dolor, enojo, alegría y, con gran sorpresa de mi parte una niña expresa: “yo me sentí frustrada que es un revuelo” ¡vaya frase! La maestra invitaba a las niñas a manifestar sus sentimientos y no guardarlos, ya que esto no es positivo en sus vidas.

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Después me dirigí a un salón de las jóvenes de Preparatoria donde una de sus dinámicas con motivo del “Día de la Mujer”, era ir vestida como la mujer que más admiran, ahí había muchos modelos, muchas mujeres a quienes admiraban y hacían presente. Fue muy interesante todo y me llamó mucho la atención que bastantes de ellas, hacían referencia a sus propias mamás, al manifestarlo se emocionaban mucho.  Yo no iba caracterizada de nada pero me atreví a levantar la mano y expresar que en ese momento me disfrazaba de Guadalupe Morfín Otero, una alumna que había salido de esas mismas aulas, que llegó a ser presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, una mujer que luchó mucho no sólo en el caso del Feminicidio de las mujeres de Ciudad Juárez, sino que se opuso a la estructura oficial injusta, sobre todo en el campo de la tortura y en la falta de trato digno a las personas internas en las prisiones. Una mujer valiente que por años arriesgó su vida y la de su familia, que lleva inscrito en su ADN el lema del Colegio, los valores aprendidos en él, una mujer digna de admiración.También coincidí con la cena-convivio de agradecimiento a quienes trabajaron incansablemente en la preparación del UNDOKAY, que es la Kermesse Misionera en la que se implica toda la Comunidad Educativa desde el excelente equipo de intendencia, hasta las mesas directivas, etc.  Esta se celebra cada año y sus frutos apoyan no solo a nuestra Misión de la Región de México-Centroamérica, sino a otras misiones distantes, es todo un testimonio de espíritu misionero.

Por todas estas vivencias me siento enriquecida y agradecida con Dios y a quienes en ellas participaron.

Rebeca Cervantes Martín, MMB

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“COMPROMISO DE FE EN SU VIDA COMUNITARIA”

En El Viejo le llamamos “Pastoral del Campo” a la atención que damos a las comunidades campesinas.En esas comunidades, nuestra Pastoral está enfocada principalmente hacia las personas líderes de las comunidades, tanto de adultas, como de niñas y niños. Personas de una fe muy profunda que ponen su empeño no sólo en ayudar a mantener la fe en sus comunidades, sino también en que sean comunidades que viven su compromiso de fe en su vida comunitaria, buscando el mejoramiento de las familias.

El grupo de Delegadas/os de la Palabra, lo componen 30 mujeres y hombres que se reúne con nosotras mensualmente. Salen de sus comunidades, algunas/os a las 4:00 am para poder llegar a los talleres y seguirse capacitando para dar mayor y mejor respuesta a sus comunidades, desde su compromiso cristiano. Ellas y ellos, hacen las Celebraciones de la Palabra todos los domingos y en casa de las personas enfermas o personas que lo necesitan especialmente.  Se preocupan si alguna familia tiene algún problema, conocen las situaciones comunitarias y motivan desde la fe para dar una respuesta al modo de Jesús. A alguno, le corrieron del trabajo por defender los derechos de los trabajadores.

Las Catequistas, hacen lo mismo, pero especialmente dedicadas a las y los niños. Recorren las familias de la comunidad motivando a las mamás y papás para que envíen a sus hijas/os a la Catequesis e invitan a las y los niños personalmente para que participen.

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elviejo3_03En el último taller que tuvimos con ellas era precioso escucharles cómo hablaban de la necesidad de vivir su experiencia con Jesús para podérsela transmitir a las y los niños y decían, hacer todo con júbilo. Es bellísimo ver la dedicación que tienen, con la gran dificultad que les supone un nivel escolar sumamente bajo en la mayoría.

Este grupo, aunque tradicionalmente está integrado por madres de familia, preocupadas porque sus hijas/os puedan prepararse para la Primera Comunión, esta año tenemos la novedad de encontrarnos con varias jóvenes que se sienten llamadas a colaborar en su comunidad dando Catequesis. Eso nos da mucha esperanza de cara sobre todo al futuro, ellas puedan ser grandes líderes de sus comunidades.

Abdona N. Viar Bilbao, MMB

“UN SUEÑO

HECHO REALIDAD”

 
 
Todo comienza con el sueño de una hermana Mercedaria Misionera de Bérriz que sí, tenía que ser Mercedaria. Ella veía a Dios en todas las personas, en las personas sufrientes y abandonadas, donde la vida no fue justa con ellas y ellos, ni con sus familias.

Su ilusión era ver a niñas y niños viviendo en buenas condiciones, con una buena alimentación y cuidado adecuado para salir de la desnutrición, pelear con la vida como Jesús nos enseñó.

Aunque la Hermana Marisa no lo vio, su semilla sigue germinando en el “Programa para niñas y niños desnutridos” que aún sigue en pie con el apoyo de personas que de igual manera fueron hijas/os desnutridas/os.

Cada niña y niño beneficiado tiene su propia historia, algunas más crueles que otras, podría hablar de cada una de ellas.

Por ejemplo, la Familia Orozco Mena, una familia con pobreza extrema, casi todos sus 8 hijas/os cuentan con una discapacidad debida a una desnutrición severa y grave, fueron acogidos y cuidados en la salita de desnutrición. Recibieron atención durante un proceso largo y es un orgullo para mí decirlo, porque tres de esas/os niñas/os van a la Primaria y Secundaria en una escuela especial, logrando así un gran sueño.

Otro ejemplo de ello, es la historia de un padre de familia que vive en silla de ruedas y en medio de su realidad, se preocupó por sacar a su hija adelante y que fuera atendida por el “Programa” logrando que saliera de la desnutrición. Como estos casos hay muchas mujeres y hombres que desean cambiar la realidad para sus hijas e hijos.

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elviejo2_03Ahora con el “Programa ambulatorio” que implica visitar a las/los niñas/os desnutridos en sus casas, se les da seguimiento desde el entorno familiar, evaluándoles una vez al mes y generando confianza en las familias. En los puestos de salud distribuidos en distintas comunidades, se evalúa a las niñas y niños en peso y talla de acuerdo a la edad, posteriormente son referidos al “Programa” si hubiera necesidad, el cual les brinda leche de soya en polvo, cereal a base de soya y cereales nutritivos, vitamina en jarabe y además, se va evaluando mensualmente su alimentación y peso según las tablas indicadas en cada caso.Yo soy Nery y mi vivencia en estos años de trabajo en el “Programa ambulatorio” ha generado en mí un compromiso como Laica MMB, dándome cada día y experimentando el Carisma Mercedario desde esta realidad. Me he metido de lleno y con todo el corazón en la familia de cada niña y niño. He aprendido a amar para poder dar ese amor que a mí me falto y comprender mejor a los padres de esas pequeñas y pequeños.Me gusta mucho colaborar de esta manera, ya que por mi historia entiendo y conozco la pobreza de estas familias. Es bonito ver y sentir cómo ellas tratan de hacer lo posible para aprovechar esta oportunidad que favorece a la salud de sus hijas e hijos respondiendo libremente al “Programa” en medio de sus necesidades.

Nery E. Matuz Moraga, LMMB

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“ALCANZANDO ESPERANZAS CON ESPÍRITU JOVEN”

En esta ocasión queremos compartirles el caminar de los Grupo Mercedarios en el Centro Catequístico de El Viejo. Los grupos comenzaron a reunirse el día 2 de marzo: INMER- “Infancia Mercedaria”, ADMER– “Adolescencia Mercedaria” y JUMMER- “Juventud Misionera Mercedaria”, además de LMMB– “Laicado Misionero Mercedario” quienes a final de mes iniciaron con un retiro dedicado a la profundización y reflexión de la Cuaresma.

Los Grupos Mercedarios trabajaron en la convocatoria invitando a niñas/os, adolescentes y jóvenes para que formen parte de nuestros grupos, y así, seguir creciendo y motivándonos en el compartir el Carisma Liberador ilusionadas/os de vivir nuevas experiencias.INMER inicio sorprendentemente con un número aproximado de 90 niñas/os, llenas y llenos de alegría, deseos de aprender más, jugar y compartir con otras/os. Estos domingos se han vivido con sonrisas, reflexiones interesantes que las niñas/os hacen desde su realidad, dinámicas de integración que permiten que este espacio sea de crecimiento, creatividad, solidaridad, trabajo en equipo y profundización de la fe. Gracias a dos chavalas muy comprometidas, Alicia y Carla López, ellas son hermanas, son Catequistas y también han decido colaborar en la coordinación de este grupo junto a la hermana Ruth Comahig, MMB.

ADMER también se ha enriquecido de nuevas chavalas/os que desean descubrirse en su adolescencia, la cual tiene mucho riqueza por transmitir. Así, este grupo ha comenzado a conocerse y a abrirse a nuevas experiencias que les ayudaran a sensibilizarse consigo mismas/os y con las realidades que les rodean, creando nuevos vínculos que favorezcan su identidad y así, compartirse con todas sus cualidades y virtudes. Este proceso está siendo acompañado y coordinado por Nazaret Ruiz y Cinthia Arteaga  quienes comprometidamente han formado parte de nuestros grupos Mercedarios y aún siguen entusiasmándose por apostar a que el Carisma Liberador se recree.

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elviejo1_03JUMMER se ha reunido para profundizar su identidad y misión compartiendo espacios de oración y formación integral que se potenciarán junto a otras actividades y convivencias para recrear el ser persona en comunidad desde el Carisma Liberador de las MMB y así, contribuir con espíritu joven al sueño del Dios de Jesús en la construcción de una sociedad más justa, participativa y solidaria. Este grupo se prepara para experimentar la Semana Santa en las comunidades del Campo en El Viejo, Chinandega interiorizando el significado del seguimiento de Jesús desde los signos de esperanza que se muestran en los gozos y alegrías de nuestros pueblos, permitiendo que las y los jóvenes puedan darle mayor sentido a su compromiso cristiano. La coordinación del grupo es llevada por las hermanas Ana Noemi Chocón y Paulina Soltero, quienes al ir conociendo la Misión en Nicaragua a la cual se han insertado recientemente, van trabajando con mucho entusiasmo en toda la labor pastoral de esta comunidad MMB.Esta es una breve reseña de lo puede describirse de la intensidad con la que viven nuestros Grupos Mercedarios el Carisma Liberador: “Libres para Liberar”… en una ciudad donde hay mucha vida por nutrir y un espíritu joven que logra alcanzar las esperanzas que necesita nuestra gente más necesitada. Esperamos que muchas y mucho niñas/os, adolescentes y jóvenes se unan a este caminar que nos motiva a dar la vida desde lo pequeño y sencillo, pero a su vez grande y significativo así como dice la M. Margarita… “Que todo importe a todas y todos”.

Ana Noemi Chocón, MMB y Paulina Soltero, MMB

 

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“APRENDIENDO

DE NOSOTRAS Y

CON NOSOTRAS”

Es un decir de mujeres…  “Aprendiendo de nosotras y con nosotras”. Una mujer aprende a ser mujer de otra mujer, primero de su madre pero si no puede de ella, buscará otras mujeres consciente e inconscientemente para aprender.

Cuando las mujeres no tenemos consciencia de nuestro ser mujer como fuerza integradora, carecemos de la motivación interna necesaria para encontrar y desarrollar una motivación interna en nuestra vida. Esta vivencia nos mantiene encuadradas en falsos modelos sociales impuestos que frenan nuestro desarrollo y nuestras relaciones con las personas de nuestro entorno.

En la actualidad hay grupos de mujeres que están dando pasos para crecer en la plenitud de lo que son: alegres, cooperadoras, intuitivas, gozosas, creativas, etc. Esto solo lo pueden lograr despertando su poder sanador, sabio y sobre todo su capacidad de dar vida y amor.

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colomba3_03El primer paso ya lo dieron los días 15 y 16 de marzo participando en un primer taller con la temática “Estilo de vida”. Les acompañé con la propuesta de meternos dentro de nuestra piel y mirar dentro de nuestra consciencia, hacia adentro de nuestras comunidades de manera crítica y amable, tratando de ir modificando estilos de vida obsoletos y darles nacimiento a otros desde el auto-reconocimiento.Hemos empezado a re-mirar al mundo con ojos de mujer desde nuestro cuerpo- territorio. El hecho de poder tomar consciencia de nuestras necesidades, nos conducirá a explorar nuestros recursos y habilidades y apropiarnos del derecho a ser las protagonistas de nuestra vida y compartirla con quienes amamos.

Empezamos a  hacer este camino escuchando nuestro cuerpo, dejándolo hacerse oír, que corra el río que ha estado quieto sin tratar de empujarlo, solo dándonos cuenta de nuestras vivencias, sonidos, amores, recuerdos, conocimientos. El proceso es muy gestáltico, el viaje que emprenderemos a nuestro interior será acompañado por meditaciones guiadas, ellas nos llevarán a ir recuperando sentimientos perdidos y a vivenciar con consciencia corporal los que están dormidos.

Nuestro cuerpo tiene su lenguaje, “aprenderlo implica sobre todo ejercitar la escucha” Nana Schnake.  Psicoterapeuta chilena.

Nila Torres, MMB